El filial del Barcelona visitaba Tarragona para pelear el liderato con el Nàstic, un inicio abrumador pero una segunda parte compitiendo al máximo no fue suficiente. 3-1 y el Nástic más líder.
García Pimienta alineó en Tarragona su mejor y más experimentado XI después de bajas por lesión y convocatoria con el primer equipo. Tan sólo dos cambios respecto a la alineación que rindió frutos contra el Badalona, Nico por Ilaix Moriba y Gerard Fernández ‘Peque’ por Konrad de la Fuente. El equipo más joven de la competición se presentaba a competir el liderato, un equipo plagado de juveniles.
El partido no pudo empezar peor para los azulgranas, el Nàstic se adelantó en el marcador con un golazo y acertaba cada toque de balón, mientras que el Barça dudaba en exceso en fase defensiva. Las salvadas de Arnau Tenas no son suficientes pero sí dan vida a un equipo que se guía de su voz, su liderazgo y sus pies en la salida de balón. En cuestión de 20 minutos ya perdía por tres goles, ahí se exhibió la defensa inexperta conformada por un juvenil (Marsà) y dos mediocampistas reconvertidos (Álvaro Sánz y Mika Mármol) del filial más joven. Pese a esto, el espíritu competitivo que García Pimienta impregna en sus equipos les impidió rendirse y más bien fue el impulso para conseguir el gol que acortaba distancias, en una jugada trabada y con rebotes Arnau Comas asiste y al segundo intento Mika Mármol marca.
La jugada clave estuvo en un tiro libre antes del medio tiempo, Jandro Orellana con un toque magistral la estrella en el travesaño y el Barça acariciaba el gol que los metía de lleno en el partido. Los argumentos más potentes de este equipo salen de las botas de Àlex Collado y Jandro Orellana, el primero a base de desequilibrio y creatividad; el segundo desde la visión y el toque de privilegiado. Regates y pases filtrados.
Para el segundo tiempo García Pimienta agita las cosas y sacude el banquillo para cambiar el partido, Alejandro Balde por José Marsà y Nils Mortimer por Peque. El entrenador catalán acertó dando vida al carril izquierdo porque la faceta ofensiva del Barça, en el segundo tiempo, nació de ahí. La capacidad de Balde por crearse ventajas propias y la velocidad para ir al frente. La segunda mitad con más ocasiones en número y calidad pero sin acierto de cara a puerta.
Al final el partido se rompió, Pimienta dio minutos a Oriol Busquets quien apenas está recuperando el ritmo de competición y a Matheus que una jugada que empezó por él terminó con la expulsión de su compañero Álvaro Sánz. Un partido de menos a más, de no rendirse, de seguir compitiendo hasta el final.
El Barça B resiente las bajas de once de sus jugadores contra el líder de la competición, de visita, en un inicio de partido donde el Nàstic fue muy superior y pese a todo esto el equipo de García Pimienta fue capaz de competir de tú a tú, sin complejos y con ideas claras. El Barça B cae con honor, con la cabeza en el alto y vuelve a casa habiendo debutado un juvenil más de la casa: Jaume Jardí.