Luego de una eufórica noche en el Santiago Bernabeu, el Barça cierra el telón con una de las mejores versiones futbolísticas que hemos visto en los últimos tiempos.
Atropellar a su eterno rival de la forma y manera en la que sucedió, probablemente no estaba en los planes de muchos pero si para la popular “Xavineta”, que tenía un plan y un rumbo táctico muy claro.
En la previa, estaba todo muy dividido en cuanto a opiniones y porras. Unos aseguraban que el Madrid ganaría y otros tenían confianza del gran estado que gozaba el club blaugrana antes del choque.
Desde el principio había mucha tensión por parte de los de Xavi, puesto que no solo se necesitaban los tres (3) puntos para seguir en puestos europeos, sino para poder lograr otro objetivo importantísimo que reforzaría el estado anímico y el orgullo de millones de fanáticos; ganar El Clásico contra Real Madrid, en el Santiago Bernabeu.
Los de Xavi tenían claro a lo que querían jugar. El estilo es innegociable y mucho menos renunciable. La tenencia de la pelota, hacerla circular, ocupar los espacios correctamente, alta concentración y una de las cosas más importantes: máximo compromiso al defender.
Estos eran los principios tácticos que el Barça tenía que implementar para poder desarrollar el juego que necesitaban.
La victoria se logró con creces, goleando y gustando. La ilusión en el equipo culé ha vuelto y se mantiene con los triunfos, resultados y maneras. La afición hoy puede celebrar que en medio de una temporada con mucha turbulencia y la aeronave casi en llamas, pudo vencer con resultado abultado a su mayor rival.
Victoria sumamente importante para el FC Barcelona que se esfuerza, trabaja y sueña.