Una de las certezas en todo este tiempo de cambios en Barcelona, desde la llegada de Laporta a la presidencia, entre otras cosas es que el FC Barcelona hace tiempo no tiene una idea clara de juego. Se toman decisiones apresuradas, y eso se traslada al campo de juego.
Se pasó de la mítica MSN, el tridente que formaban Messi, Suárez y Neymar, y que tantas alegrías supieron darle al conjunto culé, al tridente DPA, conformado por De Jong, Pique y Araújo. Este último, terminó convirtiéndose en el salvador tras marcar para empatar 1-1 frente al Granada en una nueva jornada liguera, en una noche que por momentos los pocos miles de presentes en el Camp Nou, dedicaron cánticos al grito de “Memphis Memphis Memphis” en apoyo al nacido en Países Bajos, quien pareciera ser el único capaz de sacar un conejo de la galera para hacer ilusionar a los hinchas blaugranas.
El Barcelona que formó con TerStegen; Dest, García, Araújo, Balde; Busquets, Frenkie De Jong, S. Roberto; Demir, Depay y Coutinho, disparó 17 veces pero tuvo poca eficacia. De poco sirvió un 77.1% de posesión para marcar apenas un gol. En cambio la visita tuvo el balón apenas un 22.9% pero suficiente para lastimar a una joven defensa culé. La línea de cuatro estuvo conformada por chicos que no superaban los 25 años de edad. Serginho Dest, que jugó por ambas bandas en el día de hoy tiene 20, al igual que Éric García, Araújo, quien marcó el gol del empate a falta de un minuto para los 90, tiene 22 y Álex Balde, quien jugaba su primer partido como titular, no llega a los 18 años.
En el complemento ingresó Luuk de Dong por Sergi Roberto para cambiar el esquema e intentar ser un soporte en la ofensiva pero poco pudo hacer el ex hombre del Sevilla. La única jugada clara de gol que tuvo, la desperdició con un cabezazo dentro del área chica que salió por encima del larguero. La novedad fue el ingreso de Riqui Puig en lugar de Demir que no tuvo un buen partido, y Piqué que faltando quince minutos para el final ingresó por el capitán Busquets para jugar como centro delantero. Con más corazón e ímpetu que juego sumado el apoyo de los fanáticos, el Barça fue al frente con la ilusión de dejar los tres puntos en casa pero no pasó del empate y volvió a empatar con el Granada por primera vez desde 1974.
Cuando el Bayern había dejado en claro el martes pasado que el Barcelona no está preparado para competir de tú a tú en la Champions League con los grandes equipos, hoy el Granada se vio pocas veces sometido en defensa e hizo que las ilusiones del Barça para pelear el título liguero con el Atlético y el Real, bajen a tierra, por lo menos hasta que no haya una mejora futbolística.
De esta manera, el Barça llega a las ocho unidades y se encuentra en el séptimo lugar de la tabla, a cinco puntos del líder Real Madrid, aunque con un partido menos. El próximo partido para los dirigidos por Ronald Koeman, será el próximo jueves cuando visiten al Cádiz, rival que no han podido vencer la temporada pasada, como visitante.